lunes, 25 de febrero de 2019

La jaula de los Campos de Sport


Las jaulas inspiran profundas reflexiones. La drástica frontera que establecen entre la protección y la esclavitud, también provoca dudas sobre en qué lado se encuentra el peligro y la libertad. Como si se tratara de un buceador entre rejas protegiéndose de los tiburones, los futbolistas nadaron durante varios años en terrenos de juego rodeados de vallas metálicas.

El Racing y sus Campos de Sport, acaso fueron los primeros que suscitaron la vergonzosa medida de considerar fiera indomable a su respetable público. Ocurrió el 12 de abril de 1931, el domingo en el que se celebraron las históricas elecciones que provocarían la instauración de la II República. El Racing disputaba en Santander el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el Arenas Club. La pasión del público, con sólo cuatro guardias municipales para velar por el orden público, comenzó a desbordarse cuando el árbitro no pitó un penalti a favor del Racing.

Hervidero de emociones

Con protestas más o menos airadas, el partido continuó con la superioridad arenera que marcaría dos goles en la primera parte. En la segunda, un defensa del Arenas Club, dentro del área, mandó a córner el balón con la mano. El árbitro no pitó penalti, las gradas se convirtieron en un hervidero de exclamaciones, y algunos espectadores saltaron al campo. Tras cinco minutos de suspensión, el partido continuó con relativa calma. Cuando faltaban veinte minutos para el final, en un avance de Yermo que cortó Pico, el arenero se revolvió y dio dos patadas al jugador racinguista que el árbitro no castigó. Yermo y Pico se enzarzaron en una pelea y el público saltó al terreno de juego para agredir a los jugadores visitantes y al árbitro. El encuentro se suspendió y la Federación impuso el castigo de cerrar El Sardinero hasta el final de temporada y abrirlo posteriormente con la obligación de vallar todo el campo y así proteger a los jugadores y a los colegiados.

'El campo jaula'

El vallado de los Campos de Sport, avivado por la prensa vizcaína que denominaba a El Sardinero como “el campo jaula”, fue paralizado por el buen hacer de José María de Cossío, directivo del club desde 1930, que asistió a la Asamblea Nacional como delegado del Racing. De esta manera, se evitó el deshonor de considerar a los aficionados santanderinos como una especie de jauría de fieras de la que había que protegerse. 

'El loco del Bernabéu'

Cuarenta y seis años después, en la temporada 1977-78, cuando la democracia estaba despertando nuevamente en la sociedad española con la puesta en marcha de la transición política, se aplicaría aquella medida del vallado metálico en los campos de fútbol. El comportamiento del público se estaba desmadrando. El 31 de marzo de 1976, el Real Madrid se enfrentó al F. C. Bayern Múnich y un exaltado, que fue bautizado como “el loco del Bernabéu”, saltó al campo y agredió al delantero alemán, Gerd Müller y al árbitro, el austriaco Linemayer. Luego se produjeron otros incidentes en La Romareda, Mestalla y Puertollano. En febrero de 1977, el colegiado Melero Guaza, fue agredido por el público durante el partido entre el F. C. Barcelona y el C. D. Málaga.

Agresión a Reina

A la semana siguiente, en San Mamés, el guardameta del Atlético de Madrid, Miguel Reina, fue agredido por un espectador cuando se disponía a sacar de puerta, y al terminar el partido, varios seguidores bilbaínos intentaron golpear al colegiado Emilio Guruceta. Estos sucesos agotaron la paciencia de la Delegación Nacional de Deportes y de la Real Federación Española de Fútbol, que ordenaron “la instalación de vallas o fosos o cualquier elemento de separación entre sus campos de juego y el lugar destinado al público”. El 4 de septiembre de 1977, el público de los Campos de Sport recibió a los jugadores del Racing y del Elche C. F. protegidos por las vallas metálicas que en su día había impedido instalar José María de Cossío. Y así permanecieron hasta su desaparición en 1988, prolongándose en el nuevo campo municipal.

La tragedia de Heysel

La terrible tragedia ocurrida en la final de la Copa de Europa de 1985, en el estadio Heysel, obligó en 1991 a la retirada de todo tipo de vallado de seguridad. Aquel suceso fue una fuente de inspiración de profundas reflexiones. La drástica frontera que aquellas jaulas establecieron entre la protección y la esclavitud, provocó dudas sobre en qué lado se encuentra el peligro y la libertad, y también delató la inutilidad de las barreras para separar territorios que nunca deberían estar separados.

2 comentarios:

  1. Yermo y Pico se enzarzaron en una pelea y el público saltó al terreno de juego para agredir a los jugadores visitantes y al árbitro. El encuentro se suspendió y la Federación impuso el castigo de cerrar El Sardinero hasta el final de temporada y abrirlo posteriormente con la obligación de vallar todo el campo y así proteger a los jugadores y a los colegiados.
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